¿La condiciónes y estratos
sociales son factores de riesgo para padecer una Enfermedad Cerebrovascular?
La
Enfermedad Cerebrovascular más que definirla como una enfermedad, es una
consecuencia de múltiples problemas de salud y condiciones de vida relacionados
con nuestra situación económica y social.
Si
utilizamos como guía la Epidemiología Social de Krieger, que relaciona la
biología humana con el conjunto de condiciones sociales que vivimos, son
patrones que originan una interacción entre los factores de riesgo y agentes
protectores. Las distintas condiciones y estratos sociales que vive la
población son determinantes sociales que predisponen o aumentan el riesgo de
fallecer por una Enfermedad Cerebrovascular.
Dicha hipótesis ha sido respaldada por
estudios de distintos organismos en diferentes países ya que estos han
detectado diferencias en la mortalidad por Enfermedad Cerebrovascular en las
distintas clases sociales, cuyas variables a comparar son los sectores donde se
ubican las viviendas, puestos de trabajo y la escolaridad, observándose una
mayor tasa de mortalidad en las poblaciones menos favorecidas o más pobres,
donde la educación deficiente y baja calidad de vida son los principales factores
de riesgo.
En
2003 se realizó un estudio sobre los determinantes sociales y su relación con
la Enfermedad Cerebrovascular en Glasgow, donde se observó un número mayor de
casos de ECV en áreas pobres que aquellas personas que viven en zonas ricas o
de mayor poder económico.
Otros
estudio realizado por la revista Neuroepidemiology llamada “Variablessocioeconómicas y cardiovasculares explican las variaciones regionales en lamortalidad por ataque cerebrovascular en Chile: un estudio ecológico” en Chile a través del grupo de
investigadores del Programa de Enfermedades Cerebrovasculares de Clínica
Alemana reflejó que las zonas más pobres del país tienen una mayor tasa de
mortalidad por ECV derivadas de enfermedades isquémicas del corazón.
¿Por qué la
pobreza puede ser un factor de riesgo de padecer una ECV?
La pobreza está estrechamente relacionada con la obesidad y la diabetes en el
continente americano y países europeos, debido a que éstas a larga y sin
tratamiento oportuno ocasionan Hipertensión Arterial y enfermedades del corazón,
patologías relacionadas a ECV.
La
alimentación en sectores de la población menos favorecidas o de menor ingreso
económico en América Latina se basa en alimentos de origen farináceo ( el exceso en el consumo de harinas de maíz y trigo ocasionan problemas metabólicos) , carnes gordas
o de alto contenido de grasa y el azúcar blanca debido a su accesibilidad de compra por sus bajos
precios, la excesiva utilización en los platos de la sal común y el
sedentarismo o disminución de la actividad física son factores de riesgo para
desarrollar sobrepeso u obesidad y enfermedades del corazón.
Ya
conocida la naturaleza de los factores que producen el ACV y su relación con la
estructuración social, es clave que para fomentar la prevención de dicha
enfermedad no solamente debemos enfocarnos en una o dos acciones puntuales, si
no a través de un amplio trabajo que involucre un cambio o transformación
social en la población.
Kjell
Asplud, médico sueco especialista en enfermedades cardiovasculares y ACV,
además de ser editor de la revista Stroke, plantea esta visión o labor de
transformación social en los siguientes términos: “La manera más segura y deseable
de combatir el accidente vascular cerebral como un problema de salud pública,
es que el desarrollo económico y social vayan de la mano”.
Una manera que el médico general
modifique o logre influir en un cambio de las condiciones sociales de su
paciente es que trabaje en su ámbito individual, familiar y comunitario a
través de una estrategia de Atención Primaria en Salud. Ésta nos permitirá
desplegar una seria de estrategias del tipo poblacional, cuyo objetivo será
enfocarse a aquellos grupos o clases sociales de alto riesgo, disminuyendo los
factores de riesgos de mayor peso ( en este caso son las enfermedades que
pueden originar un ACV), y en caso que estén presentes enfermedades que
aumenten el riesgo de padecer un ACV y no se pueda modificar dicha condición, se
utilizarán aquellas medidas de prevención específica y probada anteriormente su
eficacia a la disminución de riesgo de padecer un ACV.
En
Venezuela existen pocos estudios sobre la implicación de los determinantes
sociales como factor de riesgo para desarrollar o padecer una Enfermedad Cerebrovascular,
por ende las campañas de prevención o acción sanitaria ante esta enfermedad
están orientadas desde el punto de vista biológico y nutricional como origen,
olvidando que ambos factores están estrechamente relacionados a la situación
económica y social de la población venezolana.
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